El crecimiento del consumo de vino mexicano presenta tanto logros históricos como desafíos para los productores nacionales.
México está viviendo un auge significativo en el consumo de vino, con un incremento notorio en el número de personas que eligen esta bebida como opción preferida en su vida social y gastronómica. Aunque el consumo per cápita sigue siendo bajo en comparación con países europeos, los avances han sido considerables, especialmente con el vino nacional.
(adsbygoogle = window.adsbygoogle || []).push({});De acuerdo con cifras recientes, alrededor de 208 millones de botellas de vino son consumidas cada año en México. Aunque solo el 5% de la población, aproximadamente 6.5 millones de personas, se considera consumidora habitual, el país ha experimentado un notable cambio en sus hábitos de consumo: el vino ha pasado de ser una bebida ocasional a una de mayor consumo regular. Si hace diez años el consumo per cápita era de solo 250 mililitros, hoy se estima que ha alcanzado los 1.2 litros anuales por persona, lo que refleja un crecimiento del 380%.
Además, las marcas nacionales han logrado posicionarse en los principales concursos internacionales de vinos. Un ejemplo reciente fue el 13º Concours Mondiale de Bruxelles, en el que un vino blanco mexicano obtuvo la más alta distinción de su categoría. También el Don Leo Cabernet Sauvignon Reserva, reconocido en el Concours International Des Cabernets, fue nombrado el mejor Cabernet del mundo en 2024, consolidando a México como una potencia en el sector vitivinícola global.
Retos para el vino mexicano
Sin embargo, la industria enfrenta varios desafíos, entre ellos la capacidad de producción limitada. Actualmente, México cultiva entre 7,000 y 8,500 hectáreas de uva Vitis vinifera, lo que cubre parcialmente la creciente demanda local. Esta limitación en la oferta nacional obliga a recurrir a vinos importados para satisfacer el mercado.
Pese a estas barreras, estados como Baja California, Guanajuato, Querétaro y Coahuila lideran la producción, mientras que regiones emergentes como Tlaxcala, Puebla y Jalisco también están comenzando a jugar un papel relevante en el sector. Algunos de estos estados han recibido apoyo estatal para impulsar la viticultura y promocionar el vino nacional.
Vid Mexicana: Impulsando la cultura del vino mexicano
En este contexto, Vid Mexicana se ha posicionado como uno de los actores clave en la comercialización de vino en el país. La empresa, que nació con el objetivo de promover el vino mexicano, ofrece una plataforma en línea y un club de vinos para acercar los productos locales a los consumidores, y a la vez brindarles información sobre las diversas opciones de etiquetas nacionales.
Luis Gómez, CEO de Vid Mexicana, explicó que la empresa surgió como respuesta a la falta de visibilidad de las bodegas mexicanas. “Hace una década, había cerca de 1,000 etiquetas mexicanas en el mercado, pero los consumidores solo conocían unas 10. Nuestro objetivo es cambiar eso, educar a los consumidores y darles la confianza para que se atrevan a explorar el mundo del vino mexicano”, comentó Gómez.
A través de su tienda en línea, Vid Mexicana ha logrado integrar un catálogo de más de 3,000 vinos, de los cuales 1,600 son etiquetas nacionales de 280 productores diferentes. Además de los vinos, la plataforma ofrece destilados y productos gourmet, con un enfoque omnicanal que le permite tener presencia en marketplaces como Amazon, Mercado Libre y Walmart, así como en tiendas físicas y centros de consumo.
El futuro del vino mexicano
El crecimiento sostenido del consumo de vino en México se perfila como una tendencia positiva, pero también exige que los productores sigan innovando y mejorando la calidad de sus productos. Para Vid Mexicana, el desafío está en continuar educando al consumidor y ofreciendo productos de calidad que mantengan el interés por el vino mexicano.
“Sabemos que tenemos mucho camino por recorrer, pero el interés por el vino está creciendo. Nuestro trabajo es hacer que ese interés se convierta en un hábito de consumo, y eso solo lo lograremos con educación, calidad y confianza”, concluyó Luis Gómez.