Recientemente, Estados Unidos ha incrementado sus vuelos de reconocimiento en la frontera con México, utilizando aviones de vigilancia para interceptar comunicaciones. Estos vuelos no han violado el espacio aéreo mexicano hasta el momento, pero también se han extendido a la zona del Golfo de California, en el mar de Cortés, específicamente en aguas internacionales entre los estados mexicanos de Sonora, Baja California, Baja California Sur y Sinaloa.
El 18 de febrero, la cadena CNN informó que, por primera vez, funcionarios del gobierno de Estados Unidos confirmaron que la administración del presidente Donald Trump ha enviado misiones con drones Reaper a territorio mexicano para espiar y vigilar las actividades de los cárteles de droga. Según las fuentes, estos drones volaron sin llevar armas, centrando sus operaciones en la recopilación de inteligencia.
(adsbygoogle = window.adsbygoogle || []).push({});Este hecho se produce justo antes de la decisión que tomará el Departamento de Estado de Estados Unidos de designar a varios cárteles mexicanos como “organizaciones terroristas extranjeras” (FTO, por sus siglas en inglés). Esta medida otorgará a las autoridades estadounidenses mayores facultades para actuar contra aquellos grupos que considere terroristas, incluyendo la posibilidad de realizar misiones encubiertas o ataques aéreos con drones.
La expansión de estas operaciones refleja el creciente enfoque de Estados Unidos en la lucha contra los cárteles mexicanos y el fortalecimiento de su política de seguridad en la región.