Miles de fieles se congregaron este miércoles en la Basílica de San Pedro para despedirse del papa Francisco, cuyo cuerpo fue colocado en un sencillo ataúd de madera frente al altar principal del recinto sagrado. El homenaje marca el inicio de tres días de velatorio público que concluirán con su funeral este sábado.
Desde tempranas horas, una larga fila de personas se formó para ingresar al templo y presentar sus respetos. En el interior, cuatro guardias suizos custodiaban el féretro, mientras los asistentes avanzaban en silencio hacia el altar, acompañados por un ambiente solemne marcado por cánticos litúrgicos e incienso.
Francisco, de 88 años, falleció el lunes tras complicaciones de salud derivadas de una neumonía severa, que agravó su estado en las últimas semanas. Su muerte pone fin a un pontificado de 12 años, reconocido por su compromiso con los sectores más vulnerables, su impulso a una Iglesia más inclusiva y su estilo pastoral cercano a la gente.
“Ustedes son el pueblo de Dios, y es su voz la que debe guiar esta Iglesia”, fue una de sus frases más recordadas, y que hoy resuena entre quienes acuden a despedirlo.
La jornada comenzó con el traslado del cuerpo desde su residencia en el Vaticano, acompañado por una procesión encabezada por el cardenal Kevin Farrell, quien asumió temporalmente la administración del Vaticano. Al llegar al interior de la basílica, los cardenales se acercaron de a pares al ataúd para rendirle homenaje, seguidos por obispos, sacerdotes, religiosos y finalmente el público general.
Durante los próximos días, se espera que decenas de miles de personas visiten la basílica, que permanecerá abierta hasta la medianoche para permitir el ingreso de todos los fieles. El velatorio concluirá el viernes a las 19:00 horas, momento en que el ataúd será cerrado y sellado antes del funeral.
En paralelo, los cardenales continúan con los preparativos del cónclave, donde se elegirá al próximo papa. Líderes políticos y religiosos de todo el mundo han confirmado su asistencia al funeral, que será transmitido globalmente y que promete ser uno de los eventos religiosos más importantes de la década.