Las filas para despedir al papa Francisco en la Basílica de San Pedro alcanzan hasta dos horas de espera, mientras miles de personas de todas partes del mundo continúan llegando a Roma para rendirle homenaje. La Plaza de San Pedro se ha convertido en un punto de encuentro para locales, turistas, prensa internacional y fieles devotos, muchos de ellos provenientes de México y América Latina.
La logística para acceder a la basílica ha requerido un gran despliegue de seguridad. La zona está fuertemente custodiada por la Gendarmería Vaticana y personal militar, que supervisan los filtros de seguridad en los accesos y monitorean la actividad aérea con drones. Las autoridades buscan mantener el orden ante la afluencia masiva de personas que desean presentar sus respetos al pontífice argentino, fallecido el lunes a los 88 años.
El ambiente es de recogimiento, pero también de profunda emoción, especialmente entre quienes han recorrido miles de kilómetros para estar presentes en este momento histórico. “Lo mínimo que podíamos hacer era venir a despedirnos”, comentó una mujer mexicana que viajó desde Guadalajara junto a su familia.
La cobertura mediática también ha superado las expectativas. En los últimos dos días, el sistema de acreditación de prensa del Vaticano colapsó por la alta demanda de medios internacionales que buscan acceso a los eventos. Cientos de periodistas y camarógrafos se han instalado en la plaza para documentar el velorio y el inminente funeral del papa.
Mientras tanto, dentro del Vaticano, los cardenales continúan con las reuniones previas al Cónclave, donde se elegirá al sucesor de Francisco. Este miércoles se reportó la llegada de al menos 80 prelados, cifra que se incrementará en los próximos días hasta completar los 134 cardenales electores, según informó el padre Jorge Enrique Mújica, director de la agencia de noticias Zenit.
El velorio público continuará hasta el viernes a las 19:00 horas, y el funeral está programado para el sábado por la mañana en la Plaza de San Pedro, donde se espera la presencia de jefes de Estado, líderes religiosos y miles de fieles.
